Seguimiento después del tratamiento
Muchas de las pruebas diagnósticas utilizadas en un primer momento para detectar el tumor se emplean también para hacer un seguimiento estrecho y comprobar si los tratamientos están funcionando o si la enfermedad avanza. Inevitablemente, la mayor parte de los pacientes vivirá la progresión de su TNE durante su proceso oncológico1, lo que significa que el tumor crecerá o que aparecerán nuevos tumores en otras partes del cuerpo. Es fundamental que informe a su médico si nota cualquier cambio o si presenta nuevos síntomas, ya que eso podría indicar la progresión de la enfermedad. No obstante, las pruebas sistemáticas de seguimiento pueden ayudar al médico a detectar cualquier cambio, incluso en la ausencia de síntomas.
Las pruebas de diagnóstico por imagen permiten a los médicos identificar la progresión, puesto que pueden medir el tamaño de los tumores y determinar si han crecido y cuánto en comparación con las pruebas iniciales. Algunas de estas pruebas son capaces de detectar si han aparecido nuevos tumores en otras partes del cuerpo. Los análisis clínicos, como los de orina y sangre, también pueden servir, en combinación con las pruebas de imagen, para medir las concentraciones de hormonas asociadas al crecimiento del tumor.
Los resultados de estos análisis periódicos de seguimiento ayudarán a los médicos a decidir si se necesita ajustar la medicación o si es mejor probar otras opciones de tratamiento.