Opciones de tratamiento actualmente disponibles
El tratamiento puede reducir el número y el tamaño de los TNE, así como algunos de los síntomas provocados por los tumores. Tiene a su disposición distintas opciones, y su médico valorará las que se adecúen mejor a su caso en función del tipo y el estadio del TNE y de sus antecedentes médicos. Por ejemplo, un TNE pancreático puede requerir un tratamiento diferente al de un TNE del tubo digestivo.
El cáncer y su tratamiento pueden provocar efectos secundarios en algunos pacientes. Es posible que tolere bien su tratamiento, pero es fundamental que sepa lo que puede ocurrir y cuándo informar al médico si sufre algún efecto imprevisto. El equipo médico le puede ayudar a manejar los efectos secundarios y a intentar buscar su máxima comodidad. Podrían modificar su tratamiento, recetarle medicamentos concretos o asesorarle sobre cómo ajustar su alimentación y sus hábitos generales. También puede leer nuestro libro electrónico sobre alimentación, en el que encontrará algunos consejos útiles.
A continuación, le facilitamos información sobre algunas de las opciones terapéuticas disponibles y los efectos secundarios frecuentes de los tratamientos específicos que podría recibir. Recuerde que solo son posibles efectos secundarios y que la experiencia de cada paciente puede ser diferente.
Tratamiento quirúrgico
A menudo, los pacientes con TNE se someten a una intervención quirúrgica para extirpar los tumores, sobre todo, en las etapas iniciales.1,2 El objetivo de la intervención dependerá del tipo de TNE, de su localización en el cuerpo y de su tamaño, así como de si se ha extendido desde el sitio primario.
Cirugía curativa: si un tumor en estadio inicial se puede extirpar intacto y en su totalidad, dejando un perímetro de tejido sano y limpio, es posible que la intervención quirúrgica logre curar el cáncer y que no sean necesarios otros tratamientos.
Cirugía paliativa: si el tumor se ha extendido o es demasiado grande para extirparlo de una vez, la intervención quirúrgica dirigida a reducir su tamaño puede contribuir a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida si el tumor está afectando a otros órganos o está produciendo una cantidad excesiva de hormonas. Esta solución se puede ofrecer en combinación con otros tipos de tratamiento, que podrían aumentar su eficacia una vez reducido el tamaño del tumor.
Efectos secundarios generales de la intervención quirúrgica
Su recuperación tras la intervención quirúrgica dependerá de muchos factores: su estado general de salud, el tipo y la complejidad de la intervención, las posibles complicaciones surgidas durante esta, etc. El médico deberá explicarle los posibles efectos secundarios de cualquier procedimiento que haya que realizarle, pero los síntomas frecuentes después de una intervención quirúrgica son dolor en el lugar de la intervención, sangrado o supuración de líquido por la herida, hinchazón y hematomas, infección, cansancio, hernia quirúrgica y alteración de funciones.
Tratamiento médico
Los análogos de la somatostatina (ASS), administrados cada día (de acción corta) o cada mes (de acción prolongada) en forma de inyección, pueden ayudar a controlar algunos de los síntomas causados por los TNE.
Los ASS son versiones de la somatostatina, una hormona producida en el cerebro y el tubo digestivo que regula la liberación en diversos órganos internos de otras hormonas y sustancias químicas. Las inyecciones de ASS pueden detener la sobreproducción de hormonas (como la serotonina) que provocan síntomas como rubor facial y diarrea. Hay indicios de que los ASS también pueden ralentizar el ritmo de crecimiento de algunos TNE del tubo digestivo.3
Efectos secundarios generales de los ASS
Los efectos secundarios de los ASS pueden ser relativamente leves, generalmente pasajeros y se pueden resolver. Algunos de esos efectos son pérdida del apetito, náuseas, distensión abdominal, dolor de estómago, cansancio, diarrea (poco frecuente), dolor en el lugar de la inyección y variación de la frecuencia cardíaca. Su concentración de azúcar en sangre también podría subir o bajar. Si tiene diabetes, es probable que deba medirse la glucemia con mayor frecuencia y que tenga que aumentar o reducir su medicación. El médico podrá ayudarle a gestionar los cambios de dosis de la medicación.
Aunque es algo poco frecuente, la administración de este tratamiento durante muchos meses puede provocar cálculos biliares, por lo que es recomendable que se haga una ecografía de la vesícula biliar antes de iniciar el tratamiento y posteriormente cada 6 o 12 meses.
La quimioterapia puede ser una opción para algunos tipos de TNE y a veces se puede recomendar después de la intervención quirúrgica en los TNE de evolución rápida. La forma en que actúa es deteniendo o ralentizando la proliferación de las células cancerosas, que crecen y se dividen con rapidez.
La quimioterapia se suele administrar por vía intravenosa en el hospital, pero no es necesario pasar allí la noche. Sin embargo, su médico también podría optar por recetarle alguno de los fármacos quimioterápicos orales que existen. De cualquier modo, su médico debería valorar con usted la mejor opción para su caso.
Efectos secundarios generales de la quimioterapia
Existen muchos fármacos quimioterápicos, y cada paciente reacciona a ellos de forma diferente, por lo que el médico debería explicarse los posibles efectos secundarios. Algunos de los más frecuentes son cansancio (que puede prolongarse durante varios meses hasta finalizar el tratamiento), náuseas, caída del cabello, aumento del riesgo de infecciones, pérdida de peso, diarrea y estreñimiento, piel reseca, erupciones cutáneas y entumecimiento u hormigueo en manos y pies.
Los tratamientos moleculares dirigidos atacan específicamente las células cancerosas sin apenas dañar las células sanas. Pueden contar con distintos mecanismos de acción y afectar a la forma en que las células cancerosas se multiplican, se dividen o se propagan. Por ejemplo, se pueden usar inhibidores de la tirosina cinasa en los TNE pancreáticos para bloquear un proceso que se conoce como angiogénesis (mediante el cual los tumores generan nuevos vasos para mantener un buen riego sanguíneo que les permita crecer).
Efectos secundarios generales de los tratamientos moleculares dirigidos
Cada tratamiento específico puede tener distintos efectos secundarios. Algunos efectos secundarios generales podrían ser llagas en la boca, diarrea, estreñimiento, cansancio, náuseas, falta de apetito y pérdida de peso.
Medicina nuclear
El tratamiento radioisotópico, también denominado tratamiento radionuclídico de los receptores peptídicos (TRRP), se suele usar para tratar a los pacientes con TNE cuando otros tipos de tratamientos, como las intervenciones quirúrgicas o la quimioterapia, no son adecuados o no surten efecto (debido al tamaño, la localización o el número de tumores). Se trata de un tratamiento administrado por vía intravenosa y dirigido contra los tumores que poseen muchos receptores de somatostatina, los cuales abundan en la superficie celular de la mayoría de los TNE. Cuando se valora aplicar este tratamiento, se lleva a cabo una prueba de diagnóstico por imagen para confirmar que los tumores presentan receptores de somatostatina. Los fármacos radioterápicos pueden unirse específicamente a estos receptores y emitir radiación terapéutica que daña o elimina las células tumorales.

Efectos secundarios generales del tratamiento radioisotópico
Estos son algunos de sus efectos secundarios: dolor tras el tratamiento, náuseas, vómitos, diarrea, elevación de las enzimas hepáticas (p. ej., la bilirrubina), cansancio, caída parcial del cabello (no calvicie), aumento del riesgo de infecciones, riesgo de crisis del síndrome carcinoide y variaciones leves en la producción de células sanguíneas. Si sufre cualquiera de estos síntomas, debe ponerse en contacto con el médico responsable de su caso para que los pueda tratar.
La toxicidad medular o la toxicidad renal son efectos secundarios menos frecuentes. Para proteger los riñones, puede que reciba una perfusión de aminoácidos.4
Tratamientos dirigidos al hígado
Si el tumor se ha extendido al hígado, es probable que le ofrezcan distintos tipos de procedimientos radiológicos intervencionistas. Estos procedimientos mínimamente invasivos los llevan a cabo radiólogos con anestesia local o sedación.
Embolización de la arteria hepática (EAH): ayudado por imágenes radiológicas, el radiólogo accede a una arteria de la ingle para seguidamente guiar un catéter hasta el vaso sanguíneo principal del hígado (es decir, la arteria hepática) y hasta la arteria que suministra sangre a los TNE del hígado. A continuación, se inyectan a través del catéter pequeñas partículas llamadas microesferas para bloquear el riesgo sanguíneo a los tumores, lo que impide que les lleguen el oxígeno y los nutrientes que necesitan para crecer y puede hacer que reduzcan su tamaño o que incluso desaparezcan.
Efectos secundarios generales de la EAH
Entre los posibles efectos secundarios se incluyen molestias o dolor en el lado derecho del abdomen y en el hombro derecho, hematomas o sangrado en el lugar del tratamiento, fiebre (se pueden administrar antibióticos antes y después del procedimiento para reducir este riesgo), síntomas gripales, náuseas y vómitos. En muy contadas ocasiones, la embolización puede hacer que el hígado y los riñones dejen de funcionar, por lo que se le harán análisis de sangre periódicos para controlar este riesgo.
Ablación por radiofrecuencia (ARF): con la ayuda de imágenes ecográficas o tomográficas, se introduce una aguja por la pared abdominal hasta el tumor del hígado, donde se descarga una corriente eléctrica (energía de radiofrecuencia), lo que genera temperaturas elevadas que destruyen las células cancerosas.
Efectos secundarios generales de la ARF
Entre los posibles efectos secundarios se incluyen molestias, dolor, hematomas o sangrado en el lugar del tratamiento, formación de trombos en los vasos más próximos a la zona de tratamiento, fiebre (se pueden administrar antibióticos antes y después del procedimiento para reducir el riesgo de infecciones), síntomas gripales, absceso e inflamación del tejido circundante (p. ej., pancreatitis si le han realizado una ARF en un TNEp). Además, los procedimientos de ablación en los pulmones pueden provocar un neumotórax. El médico debe explicarle todos los posibles efectos secundarios antes de llevar a cabo cualquier procedimiento.